El panorama para las madres lactantes trabajadoras es, de menos, complicado. Estudios declaran (1), (2) que, según datos del 2011, más de la mitad (64%) de las mujeres estadounidenses con hijos menores de 6 años y el 56% de las norteamericanas con hijos con menos de un año se encontraban empleadas fuera de casa.
Dicha tendencia se ha sostenido por lo menos hasta finales de la década pasada (1), y de forma similar alrededor del planeta.
Se sabe que esto influencia de forma directa en la duración de la lactancia materna, ya que se ha reportado que a pesar de que los ritmos de lactancia inician de forma similar entre las madres trabajadoras y aquellas que continuarán la crianza desde casa.
El ritmo de continuación de la lactancia a los seis meses decrece en, por lo menos, 9% para las madres trabajadoras (1), (3).
Lo anterior se debe a diversos factores, entre los cuales destacan:
- Falta de un ambiente de trabajo seguro (en términos de normalización de la actividad de amamantar.
- Seguridad emocional, relacionada con sentirse comprendida por el proceso que la madre lactante atraviesa).
- Escasez de soporte tecnológico (haciendo referencia a aspectos como contar en el lugar de trabajo con la tecnología necesaria para extraer, almacenar y conservar las propiedades nutrimentales de la leche), lo cual hace que muchas madres perciban de forma anticipada que la experiencia de amamantar, mientras laboran, será algo sumamente complicado.
Con esta preconcepción, y cuando las demandas laborales y del hogar se complican, el amamantar es lo primero que suelen abandonar, aun teniendo en cuentas los beneficios que la lactancia tiene para ellas y el recién nacido (1).
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¿Qué implica la lactancia materna?
Esto es preocupante desde diversas perspectivas. Por el lado de los directamente implicados en este proceso (madre y recién nacido), interrumpir el proceso de lactancia significa renunciar a los beneficios que la misma implica para ellos.
Los cuales van desde reducir la propensión a enfermarse o a desarrollar enfermedades de menor gravedad para el infante, así como la reducción del riesgo de padecer cáncer de mama y ovario, diabetes tipo 2 y depresión posparto para la madre (1), (4).
Desde la perspectiva de los empleadores, no otorgar soporte a madres en periodo de amamantamiento puede costarles dejar de lado un gran retorno de la inversión.
Ya que hay estudios que apuntan a que, por cada dólar invertido en apoyo para madres lactantes las empresas pueden ahorrar hasta $3 dólares (1).
Por otro lado, interrumpir la alimentación de los recién nacidos con leche materna puede tener consecuencias significativas para la salud pública. Entre sus múltiples influencias, una de las más notables es su impacto en el riesgo de obesidad infantil.
Al proporcionar una barrera protectora contra el sobrepeso, la lactancia materna ayuda a reducir este riesgo. Por lo tanto, su ausencia podría incrementar considerablemente las probabilidades de que un niño desarrolle problemas de peso en su adultez (6).
Por ello, se vuelve sumamente relevante buscar formas de apoyar a las trabajadoras lactantes a que continúen de forma cómoda y sostenida con la lactancia sin ver obstaculizadas o sobrecargadas sus labores diarias. Esto podría lograrse con métodos de conservación que favorezcan la lactancia diferida.
Métodos de conservación para el tratamiento de la leche materna
Entre los métodos de conservación se encuentran las aún poco exploradas tecnologías emergentes para el tratamiento de alimentos, entre las que destacan:
- Altas Presiones Hidrostáticas (HPP, por sus siglas en inglés)
- Pulsos eléctricos
- Tratamiento con microondas
La viabilidad de estas alternativas radica en que estudios han demostrado que cuando tecnología apropiada para la extracción y la preservación de la leche materna es proporcionada por los centros de trabajo, la duración de los periodos de lactancia tiende a extenderse (1).
Una de las mencionadas tecnologías que se destaca debido a que ha demostrado su eficiencia en el tratamiento de lácteos en muestras de leche bovina (7) es HPP.
La cual puede definirse como una técnica no térmica utilizada en la industria alimenticia para la preservación de los productos que consiste en aplicar presión hidrostática (sugiriendo el uso de 600 MPa durante 5 minutos para productos lácteos).
Su objetivo es inactivar microorganismos, incrementar la vida de anaquel de los productos y garantizar la seguridad de su consumo, todo esto a temperatura ambiente (7).
Tecnología de HPP
Esta tecnología ha mostrado minimizar la destrucción de componentes relacionados con el color, el sabor y la nutrición de un alimento, debido a que HPP afecta solamente a enlaces químicos débiles.
Además de que muchas proteínas responsables de aportar propiedades vitales para el recién nacido, como son protección contra patógenos, fortalecimiento de la microbiota, promoción del correcto desarrollo del intestino, son baroestables (8), (9).
Tomando en cuenta todo lo descrito, además de la perspectiva otorgada por estudios que apuntan a que la tecnología de HPP combinada con métodos como liofilización podría “extender el tiempo de uso de una muestra de leche almacenada” (10), se vuelve relevante que los centros de trabajo consideren la aplicación de este tipo de tecnologías.
Como sociedad es importante que se construya una red de apoyo en donde las madres trabajadoras se sientan seguras para poder realizar sus metas profesionales sin dejar de lado su periodo de lactancia, asegurando, con esto, la construcción de una población mejor nutrida desde los primeros años de vida.
Referencias bibliográficas
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- C. L. Thomas, L. D. Murphy, M. J. Mills, J. Zhang, G. G. Fisher, and R. L. Clancy, “Employee lactation: A review and recommendations for research, practice, and policy,” Human Resource Management Review, vol. 32, no. 3, Sep. 2022, doi: 10.1016/j.hrmr.2021.100848.
- S. Y. Tsai, “Impact of a breastfeeding-friendly workplace on an employed mother’s intention to continue breastfeeding after returning to work,” Breastfeeding Medicine, vol. 8, no. 2, pp. 210–216, Apr. 2013, doi: 10.1089/bfm.2012.0119.
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- S. Gupta, S. Pajai, and A. A. Pawade, “Benefits of Breastfeeding on Child and Postpartum Psychological Health of the Mother,” Journal of SAFOG, vol. 15, no. 2. Jaypee Brothers Medical Publishers (P) Ltd, pp. 226–230, Mar. 01, 2023. doi: 10.5005/jp-journals-10006-2217.
- J. Yan, L. Liu, Y. Zhu, G. Huang, and P. P. Wang, “The association between breastfeeding and childhood obesity: A meta-analysis,” BMC Public Health, vol. 14, no. 1, 2014, doi: 10.1186/1471-2458-14-1267.
- S. O. Serna-Hernandez, Z. Escobedo-Avellaneda, R. García-García, M. de J. Rostro-Alanis, and J. Welti-Chanes, “High hydrostatic pressure induced changes in the physicochemical and functional properties of milk and dairy products: A review,” Foods, vol. 10, no. 8, Aug. 2021, doi: 10.3390/foods10081867.
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- E. W. Rogier et al., “Secretory antibodies in breast milk promote long-term intestinal homeostasis by regulating the gut microbiota and host gene expression,” Proc Natl Acad Sci U S A, vol. 111, no. 8, pp. 3074–3079, Feb. 2014, doi: 10.1073/pnas.1315792111.
- S. Jarzynka et al., “Combination of high-pressure processing and freeze-drying as the most effective techniques in maintaining biological values and microbiological safety of donor milk,” Int J Environ Res Public Health, vol. 18, no. 4, pp. 1–16, Feb. 2021, doi: 10.3390/ijerph18042147.