México es un país megadiverso que aloja entre 25 mil a 30 mil especies vegetales, con 2168 plantas y flores consideradas como comestibles. En los múltiples registros de la vida azteca que los españoles hicieron a su llegada a México, quedó demostrado que las principales fuentes de alimentación de los pueblos originarios era el maíz, frijol y la calabaza.
También se observaban grandes superficies de tierra sembradas con:
- Amaranto (huauhtli)
- Chía (salvia hispanica)
- Tunas
- Flores
- Tomate
- Chile
Estos ingredientes se comercializaban en mercados donde abundaban vegetales y hierbas. Algunos tenían usos y aplicaciones en la medicina, pero, en segundo lugar, se usaban como alimento.
La importancia de plantas comestibles en la vida prehispánica quedó asentada en el libro de Jacques Soustelle “La vida diaria de los aztecas”, que sobre el gran mercado de Tenochtitlán detalla:
Vendían maíz, frijol, semillas oleaginosas, cacao, chile, cebolla y mil especies de legumbres y de hierbas…”
Según se observa en mercados tradicionales de la actualidad, la prevalencia de estos materiales continúa vigente, siendo las plantas un recurso alternativo de alimentación en pueblos indígenas y rurales, contribuyendo así a la dieta variada y benéfica de la población.
La gastronomía mexicana se considera patrimonio cultural de la humanidad. Esto se debe a la amplia variedad de ingredientes que conforman sus platillos tradicionales.
Sin embargo, actualmente los patrones de consumo de la población han sufrido modificaciones debido a la globalización alimentaria, provocando:
- Un aumento en el consumo de productos con baja calidad nutrimental.
- Que dichos productos se relacionan en muchos casos con la aparición de enfermedades no transmisibles como obesidad, diabetes e hipertensión, entre otras.
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Variedades de plantas y flores comestibles: sus efectos en la salud
Si bien existe un gran número de especies vegetales comestibles en México, hay algunas especies más conocidas en ciertas regiones. Entre las especies de plantas más conocidas se encuentran:
- Berros
- Chaya
- Epazote
- Huazontles
- Malva
- Papaloquelite
- Quelite de agua
- Quelites
- Romeritos
- Verdolagas
- Yerba santa (acuyo)
Además, existen varias especies de flores comestibles como la flor de calabaza, flor de colorín (también conocida como flor de coral), flor de cactus, dalia (la flor nacional de México), flor de agave, poinsetia, flor maravilla, entre otras.
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Perspectivas para la industria alimentaria
Las propiedades de estos ingredientes fueron observadas por nuestros ancestros indígenas. Desde entonces se sabe que poseen características nutrimentales y medicinales que los siguen haciendo valiosos para la industria alimentaria.
Además, se usan para extraer sus compuestos y aplicarlos como pigmentos o colorantes naturales.
Incluso, algunas tienen la facilidad de ser consumidas en crudo, sin ningún tipo de procesamiento. Esto, en teoría podría incrementar sus beneficios. Algunas otras necesitan ser cocidas, lo que ha abierto la duda sobre si disminuyen sus ventajas bajo el sometimiento a procesos térmicos.
De hecho, los estudios disponibles hasta el momento demuestran que su potencial de mejora a la salud permanece al ser consumidos a pesar de atravesar procesamientos de este tipo.
La evidencia actual sugiere que estos alimentos de origen ancestral podrían ser utilizados por la industria alimentaria para mejorar la calidad nutrimental y funcional de los productos que actualmente se comercializan.
Los residuos de la extracción de dichas biomoléculas pueden incorporarse a modelos de producción sustentables bajo conceptos de economía circular.
Además, la utilización de estas especies podría mejorar significativamente la economía de agricultores que se niegan a perder sus raíces culinarias, reincorporándose al consumo de la población mexicana actual.
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