Hace más de 10 años, el equipo de abastecimiento del Área de Colorantes de Chr. Hansen descubrió un pequeño tubérculo con gran color, sin embargo el problema fue la carga del pigmento que era muy baja. Se trataba de una variedad de batata que no se cultivaba comercialmente y habría sido demasiado cara para usar como colorante alimentario. Aun así, fue un hallazgo prometedor debido a su tono y estabilidad únicos. Era sólo un pequeño tubérculo, pero con una cantidad de pigmento baja.
A veces, una nueva variedad de color es algo espectacular, así como lograr plantas que tengan un mayor contenido de pigmentos, pues los beneficios se resumen en:
- Mayor rendimiento de las plantaciones.
- Reducción de la huella agrícola.
- Precios competitivos.
La raíz de la batata encontrada tenía un enorme potencial, razón por la que se decidió llevar adelante un ambicioso programa de cría, utilizando cría selectiva tradicional sin organismos genéticamente modificados (OGM).
¿Cómo se cultivó la batata?
Los agrónomos cultivaron, generación tras generación, batatas criando múltiples variedades y seleccionando las mejores características de cada generación, hasta que la nueva variedad estuvo lista para plantarse comercialmente.
El programa implicaba un trabajo continuo para lograr el mejoramiento, eligiendo las variedades más óptimas de cada generación. Cada una fue testeada para optimizar sus posibles reacciones ante diversas condiciones climáticas, y así garantizar una cosecha estable dentro de las variaciones climáticas y los problemas de cosecha microclimáticos que habitualmente se dan en la naturaleza.
Las granjas donde finalmente se plantaron las batatas seleccionadas se extienden a lo largo de 1000 kilómetros y se encuentran en múltiples latitudes para minimizar los hipotéticos riesgos climáticos.
Luego de más de 10 años de trabajo, con las subsecuentes generaciones, se logró conocer los días óptimos entre la siembra, el riego, la cosecha y todos los pasos intermedios, para cada variedad de batata. Esto fue posible gracias al trabajo en contacto activo con los agricultores.
Las batatas seleccionadas se plantan y luego se verifica que se sigan cada uno de los plazos fijados con la cooperación de los agricultores de cada región, quienes saben que corroborando el cumplimiento de los parámetros se aseguran una mejor cosecha.
Un vegetal con gran potencial
Ipomoea batatas (HSWP)* es el primer vegetal de la industria específicamente desarrollado para obtener un estable y brillante color rojo, de origen vegetal y sin sabor residual. Este tono único, es una brillante alternativa al Carmín (E 120) y a los colorantes sintéticos como el Rojo Allura también conocido como Rojo 40 (E 129) o el Rojo Ponceau 4R (E 124).
La obtención de este tono es único, pues se trata de un rojo que es un tono que la industria necesita y que hasta ahora ha tenido dificultades para encontrar. Este vegetal, que se logró luego de años de desarrollo, ofrece:
- Un tono rojo brillante y único.
- Es estable y más resistente a tornarse azulado que otras antocianinas.
- Es una solución rojo brillante que resuelven algunas de las mayores dificultades planteadas por los colorantes rojos disponibles con anterioridad.
Hasta hoy había sido casi imposible conseguir un rojo intenso sin carmín (un colorante natural objetado para algunas aplicaciones o mercados específicos) y sin riesgo de sabores indeseables. En la medida que los consumidores se inclinan por las opciones vegetarianas y veganas, resulta más acuciante la necesidad de encontrar una alternativa.
Si consideramos que el color rojo fresa es un color muy habitual en los productos alimenticios, encontraremos ejemplos en prácticamente toda la industria desde la pastelería y golosinas hasta los batidos y lácteos. La HSWP* es presentada, entre otras versiones, en una línea de concentrados rojos 100% vegetales que representan una nueva solución para los fabricantes que buscan reaccionar a la tendencia de consumo natural.
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La tecnología de alimentos de la mano con los agricultores
Parte del proceso por el cual se logró tener el grado de conocimiento sobre la evolución y características de las HSWP, fue gracias a la presencia de los científicos de cultivos de los equipos de abastecimiento y mejoramiento, quienes estuvieron en los campos donde crecían las batatas.
Los científicos pudieron aprender y compartir conocimientos con los productores mientras plantaban, cultivaban, cosechaban y luego volvían a plantar las nuevas batatas. Gracias a este trabajo colaborativo, se pudo aprender las mejores formas de obtener el mejor rendimiento y calidad de pigmento.
El programa de mejora no transgénico, donde se seleccionaron las mejores características de cada generación hasta que la nueva variedad estuvo lista para plantarse comercialmente, implicó que, durante años, los científicos botánicos cultivaron y seleccionaron plántulas una generación tras otra. Colaboraron con los agricultores para perfeccionar los métodos de manipulación, transporte y extracción para maximizar el valor del pigmento.
Los científicos del equipo de mejoramiento colaboran con la comunidad de ciencias de las plantas en institutos y universidades a nivel internacional y también con los productores y con los expertos en cultivos de los equipos de abastecimiento para desarrollar las mejores prácticas, ayudando a los productores a aumentar el rendimiento y a aplicar técnicas que soporten una alta carga de pigmentos.
El resultado final fue una batata única en su especie, de alto rendimiento, color brillante y gran carga de pigmentos por planta, con mejores cosechas y colores para producir jugos y concentrados.
Conocer los orígenes de primera mano, la clave
Uno de los secretos para poder llevar adelante un programa ambicioso y comprometido es que los expertos en abastecimiento, provienen, viven y trabajan en las principales áreas de cosecha, lo que significa que tienen un conocimiento profundo de las comunidades en las que operan, además de hablar los idiomas locales.
Esto es parte del compromiso de optimizar la cadena de valor de cada materia prima y una ventaja competitiva distintiva sobre las empresas que pueden realizar viajes anuales para visitar proveedores y manejar el resto del negocio por correo electrónico.
Debido a que cada cadena de suministro es única con sus propios desafíos, es preciso adaptar y optimizar los enfoques para las realidades individuales de cada cadena. Esto asegura resultados confiables. Los productores siembran cantidades suficientes e invierten en sus negocios: entablando relaciones y acuerdos a largo plazo que hacen que valga la pena llevar adelante desarrollos funcionales y naturales.
* Hace referencia a Hansen Sweet Potato (HSWP™), solución desarrollada por Chr. Hansen hoy Oterra.
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