La consolidación tecnológica de la industria de los envases metálicos en México es punta de lanza para muchos países de América Latina.
Los envases metálicos son fabricados con hojalata (lámina de acero -mineral y hierro y carbón), materias primas cuyo volumen específico en la corteza terrestre ocupa el 5%, lo cual significa que el hombre puede aprovechar estos abundantes elementos en un período de alrededor de dos mil años más. La bauxita u óxido hidratado de aluminio, como también se le conoce a la materia prima con la que se fabrican los envases de aluminio, ocupa 8% del planeta y es el mineral más abundante con una reserva natural calculada para más de 10 mil años. Los períodos de duración de los anteriores materiales se han ido extendiendo gracias a su reciclabilidad infinita, que además les permite cero pérdidas de sus características y la posibilidad de convertirse en nuevos productos.
Sustentables e insustituibles
Utilizando precisamente al tiempo, hoy en día, los envases de acero y aluminio son sustentables e insustituibles por excelencia. Ambas distinciones no han sido gratuitas: la abundante existencia de sus materias primas, la incesante mejora en la fabricación del laminado, el perfeccionamiento en su diseño y características, los modernos y tecnificados procesos de envasar, proteger y preservar los productos que contienen, hasta incluso la eficaz práctica de acopiar los envases de post-consumo para su reciclaje y convertirlos nuevamente en latas, han justificado que durante todo su ciclo de vida cumplan una función vital para las sociedades modernas.
México ha tenido una fuerte determinación en materia de sustentabilidad ambiental y la industria de envases metálicos ha contribuido de manera decidida con estos cambios en los modelos productivos sustentables, que hoy en día generan y seguirán generando en el futuro un progreso notable en términos ambientales y, por supuesto, financieros. La industria en México se ha sumado a la de otros países y juntos han hecho significativos esfuerzos para reducir emisiones de CO² y limitar el consumo de combustibles fósiles. Además de elevar los niveles de reciclado y promover la conservación y eficiencia ecológica de los envases metálicos tanto de acero como de aluminio.
En los últimos 20 años, la industria siderúrgica ha logrado una reducción hasta de 50% de sus emisiones de CO² por tonelada de producción de acero y continúa con esfuerzos loables para lograr reducir aún más dichas emisiones.
Los envases metálicos han incrementado su tendencia de uso en México, ya sea por sus diferentes cualidades y características en materia de seguridad, durabilidad y protección de los productos o por la elevada conciencia ambiental que conlleva a los usuarios hacia una más rápida adopción y preferencia de estos envases.
Lo cierto es que el sector industrial de envases metálicos en el país ha evolucionado en 100 años de existencia, de manera tal que actualmente está constituido por empresas altamente competitivas tanto a nivel nacional como internacional, con un compromiso social y ecológico total, que cubren al 100% las necesidades del mercado nacional. Estas empresas destinan año tras año una importante inversión para desarrollar tecnología y modernizar la planta productiva, que le ha permitido contar con una mano de obra altamente tecnificada. Es por ello que los envases producidos en México se encuentran a la vanguardia en cuanto a diseño y seguridad se refiere, a grado tal que son considerados punta de lanza en materia de tecnología para muchos países de América Latina.
Asimismo, en México la conciencia del reciclaje iniciada a partir de las latas de aluminio, ha sido eco en otros países del orbe, ya que dichos envases poseen el más alto valor económico en el mercado, seguidas por las latas de acero. De acuerdo con datos de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), en nuestro país se recicla 99% de las latas de aluminio y 85% de las latas de acero.
Un mercado fuerte
La industria de los envases metálicos en México genera 25 mil empleos directos e indirectos que benefician a numerosas familias que viven de ella. También hoy en día se llegan a producir un promedio de dos mil 500 millones de envases de acero, de los cuales 80% se destinan al sector de alimentos y bebidas y 20% a otras industrias (pinturas, tintas, aerosoles, pegamentos, etcétera). En cuanto a los envases de aluminio, la producción nacional es de aproximadamente 12 mil millones de envases tanto para el mercado nacional como el de exportación. En este rubro el 100% de los envases de aluminio son destinados para la industria de bebidas como son: bebidas carbonatadas, jugos, néctares y cervezas.
Por su naturaleza, el sector nacional exporta de manera indirecta una amplia gama de productos alimenticios enlatados y exporta de manera directa envases, tapas y tapones –estos dos últimos son otros productos importantes del rubro– hacia diferentes países: Estados Unidos y Canadá, Centro y Sudamérica, países del Caribe, Europa, Medio Oriente y Asia. Las exportaciones de esta industria ascienden a los 590 millones de dólares anuales, mientras que las importaciones se encuentran en el orden de los 250 millones de dólares, situación que convierte en superavitaria a la balanza comercial del sector en los últimos años.
El sector de envases metálicos en México es ejemplo mundial de cumplimiento en cuanto a normas y regulaciones nacionales en todos sus procesos de fabricación de las latas. Por ello bien le ha valido el reconocimiento como el sector productivo que más ha trabajado en este renglón. La industria está conformada por empresas limpias, seguras, reconocidas por la Secretaría del Trabajo, Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales y Secretaría de Ecología y Gestión Ambiental. Además cuentan con el Distintivo de Empresa Socialmente Responsable, con el Certificado de Empresa Limpia y cumplen con los Estándares Internacionales de Organización (ISO), que las consolidan en el espectro productivo de este importante sector para la economía del país.
Asegurando su uso en el futuro
Resultan contundentes las cualidades de los envases metálicos. La lata de aluminio, por ejemplo, enfría en menor tiempo cualquier bebida que contenga y la conserva en ese estado aún fuera del refrigerador por más tiempo, gracias a las características de sus materiales. Por su parte, los alimentos enlatados no necesitan refrigerarse para su conservación. Con esa cualidad, se ahorra energía tanto en su almacenaje, transportación, punto de venta, como en los mismos hogares. Ello permite además tener un alimento en perfectas condiciones en todo momento, gracias también a que se encuentran precocinados y listos para su consumo y por ello, adicionalmente, no es necesario emplear grandes cantidades de gas para prepararlos.
Cuando se utiliza aluminio recuperado para fabricar latas, en lugar de materias vírgenes, se logra un ahorro de 95% en la cantidad de energía requerida en el proceso. Para ejemplificar lo anterior, al reciclar una lata de aluminio se ahorra suficiente energía (a diferencia de utilizar materia prima virgen) como para hacer funcionar un televisor por tres horas y media.
Las latas son los únicos envases que se reciclan al 100% de manera indefinida. Como hemos apuntado, el acero y el aluminio no pierden sus características y al mismo tiempo pueden ser reutilizados para fabricar nuevamente latas o para disminuir los costos de producción de otras industrias que se abastecen de éstos materiales, como la farmacéutica, la de construcción y automotriz, por mencionar algunas.
El futuro inmediato demanda una producción de envases metálicos con formas tan diversas prácticamente como la imaginación de los nuevos ingenieros lo permita, con una disminución del calibre que los hagan más ligeros y menos costosos; una capacidad de apertura más sencilla; y el desarrollo de recubrimientos internos, los cuales se convierten en una película protectora inerte, la cual no tiene ningún tipo de reacción y son de alta resistencia química y adherencia al metal ya que hacen el efecto de una bolsa aislante que no se fractura o rompe y aseguran el aislamiento del producto al medio ambiente y esto permite una mayor vida de anaquel, incluso para soportar más de 10 años en productos más complejos.
Los envases metálicos constituyen a nivel nacional y mundial un mercado muy maduro que continuará otorgando valor e imagen a los productos, mismos que seguirán determinando las decisiones de compra por el precio y las facilidades de uso que les brindan estos envases.