Con normalidad trabajan las plantas de Arroyito, Colonia Caroya y Córdoba. Niegan una negociación salarial pendiente.
Se habla de que en los últimos días de septiembre comenzó una nueva guerra comercial con Brasil en la que Arcor habría quedado al medio.
Pero si ese fuego cruzado en verdad se produce y traba los envíos de galletitas, chocolates y golosinas, hasta ahora no ha afectado planes de producción de la multinacional argentina, y menos en Arroyito y Colonia Caroya.
En un ambiente con voces que piden el más estricto anonimato para no irritar al Gobierno nacional, el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación (Stia) de Arroyito, Víctor Romero, se animó a hablar del espinoso asunto.
El jueves (por el 6 de octubre) estuve en la planta y de la charla con los compañeros no surgió que hubiera ningún cambio en los planes de producción, señaló a La Voz del Interior . Tampoco la empresa nos ha informado que exista alguna dificultad importante que pueda entorpecer la actividad, agregó Romero.
Arcor cuenta en Arroyito con 1.500 dependientes de ese gremio, más otros 300 correspondientes a otras ramas. Entre las dos plantas de Bagley y la ubicada en Colonia Caroya que funde chocolates, la compañía tiene otros 1.500 trabajadores más. Tampoco en éstas, cuyos operarios se encuentran afiliados al Stia Córdoba, que encabeza Héctor Morcillo, hay modificaciones en la producción.
Según versiones que circulan en Buenos Aires, Brasil frenó la introducción de golosinas, galletitas y chocolates argentinos. Las más afectadas, de acuerdo con esos trascendidos, serían Arcor, Ferrero y Fel Fort. Como represalia, Argentina no emitiría algunos certificados necesarios para que circulen en el país productos de aquel origen.
Pero en esa información también hay un dato que a los gremialistas no les cierra: desde las plantas argentinas, Arcor exporta muy poco a Brasil. En el caso de la fábrica de Arroyito, el grueso de las exportaciones de caramelos va a Estados Unidos y un escaso remanente al mercado brasileño. Fuentes de la logística coincidieron con esa apreciación de Romero y Morcillo.
Otro dato equivocado es que exista algún conflicto salarial. Las partes cerraron en junio paritarias con un aumento del 33,5 por ciento, que comenzó a efectivizarse en mayo. Un reajuste por premios también quedó superado.
Fuente: La Voz