La marca estrenó cinco nuevos envoltorios para homenajear la pasión argentina por el fútbol en este año de Mundial.Argentina.- Aguila, la marca líder en chocolate para taza y repostería del país con 75% del mercado, presentó una nueva edición de "Aguila Fechas Patrias". Con motivo de la celebración del Mundial de Fútbol, este año, la marca reprodujo en sus envoltorios cinco pinturas del reconocido "pintor de las hinchadas", Ricardo Martínez Gálvez.
Bajo el nombre "El Grito Sagrado" y con el objetivo de reforzar su vinculación con aquellas costumbres y ritos típicamente argentinos, Aguila rediseñó sus clásicos packagings rosas con motivos mundialistas. Las obras que componen esta colección ilustran hinchas en diferentes situaciones emblemáticas que reflejan la pasión por el fútbol que se vive en el país: "El debut", "El hincha", "La N°1", "Sueños" y "El Mundial en casa", que fue especialmente pintada por el artista para la marca.
Las ilustraciones están acompañadas por una breve reseña y en el interior de cada envoltorio hay textos referidos al "ser nacional" y al fanatismo por el fútbol. A su vez, se comparten recetas para preparar diferentes tipos de chocolate: "de Mayo", "de la Independencia", "Colonial" y "Fechas patrias". Como todos los años, las tabletas del tradicional chocolate Aguila se podrán conseguir en supermercados y mayoristas, en presentaciones de 100 y 150g.
"En esta nueva edición de Fechas Patrias desde Aguila decidimos compartir con nuestros consumidores estas obras de Ricardo Martínez Gálvez porque consideramos que existen pocas cosas que definen tan bien nuestro ser nacional, como la pasión por el fútbol, que nos identifica a nivel mundial y es parte de nuestro patrimonio cultural", comentó Agustina Terzian, responsable de la marca.
Ricardo Martínez Gálvez nació el 16 de diciembre de 1955, en Buenos Aires; un artista plástico fanático del fútbol que con el tiempo se fue convirtiendo en el pintor de las hinchadas. A los 12 años fue por primera vez a la cancha y dado su interés por el dibujo, a los 17 años, su madre le ofreció tomar un curso de dibujo con el artista plástico Domingo Méndez Terrero. Con él aprendió a pintar con témperas y pudo desarrollar su capacidad y potencial para el dibujo.